¿Qué es la Disciplina Positiva?

La Disciplina Positiva es un modelo educativo basado en la psicología de Alfred Adler, psicoterapeuta austríaco, quien en 1920 abogó por un trato respetuoso hacia los niños aunque también argumentó que si los niños no tenían límites o estaban sobreprotegidos podrían tener problemas sociales y de comportamiento. Más tarde, en 1988, Jane Nelsen y Lynn Lott, a partir de la psicología adleriana, crearon lo que conocemos como Disciplina Positiva. Empezaron a enseñar esta metodología educativa en clases experimentales para madres y padres así como en el aula. Actualmente, son más de 70 países en los que la Disciplina Positiva está siendo un referente educativo y social para crear contextos respetuosos y cooperativos, estableciéndose como una herramienta muy interesante para las familias, parejas, escuelas y empresas.
La Disciplina Positiva enseña importantes habilidades sociales y de vida de una manera que es profundamente respetuosa y alentadora. Su gran eficacia se detecta en la huella beneficiosa que deja tanto en el trabajo con niños como como adultos .
¿Para qué sirve la DP? ¿A quién le conviene? ¿Qué ámbitos de actuación?
La Disciplina Positiva es muy eficaz para corregir las dinámicas y rutinas educativas cuando éstas no son beneficiosas. Es considerada una técnica muy valiosa para evitar el castigo, la falta de respeto y la ausencia de cooperación.
Aporta herramientas específicas para generar un clima de confianza, mejorar la comunicación y gestionar los conflictos, haciendo que tanto niños como adultos se relacionen de manera saludable , basada en el autocuidado y la autoestima.
En nuestro día a día, nuestro cerebro gestiona inconscientemente una gran cantidad de información de manera que con la repetición de ciertas frases, ciertas conductas o ciertas emociones se van creando una rutinas de las que no solemos ser conscientes. Por eso, la DP es considerada una de las mejores disciplinas para tomar consciencia de todo ello y aprender a cambiarlo. Así que puede dejar de enervarse con los niños y gritarles, se puede dejar de repetir las cosas «cien veces» sin que nos escuchen, se puede dejar de sentirse culpable de nuestra manera de educar… En resumen, se puede educar en positivo y relacionarse también así: en positivo
La DP obtiene muy buenos resultados para que aprendamos no solo a llevar una buena gestión emocional, sino que , también, podamos tener una salud emocional plena. Cuando el estrés diario o las situaciones difíciles de la vida nos llevan a no disfrutar del tiempo que pasamos con nuestros seres queridos, ya sean los niños o la pareja, tendemos sin darnos cuenta a estar malhumorados, a comunicarnos sin el respeto y el amor que merecen y caemos incluso en sentirnos culpables y decepcionados de nuestra manera de actuar. Por supuesto nada de lo que estamos contando ayuda a tener una buena autoestima, sentir confianza ni comunicarnos de manera eficaz. La DP puede solucionarlo.
La Disciplina Positiva está especializada en facilitar una gran transformación en el contexto educativo. Sin embargo, este contexto no se reduce simplemente al ámbito familiar o escolar ( AMPAS, escuelas, colegios, centros educativos )sino que muchas empresas demandan entrenamientos especializados en DP para que el equipo aprenda a comunicarse desde el respeto y la colaboración.